El Gobierno avanzó en un paquete de
licitaciones y concesiones que son inéditas en el país. Mediante concursos
públicos empezó a darse forma a un esquema distinto que tiene como
protagonistas a los pasos fronterizos terrestres que tiene la Argentina con sus
vecinos.
La Casa Rosada concesionará los
predios de servicios aledaños a los puntos de cruce de frontera que pasarán a
estar manejados por un privado y que será el que tenga que hacer la inversión
para mejorar, conservar y explotar el área. Para que se entienda, ninguna de
las fuerzas federales ni de los organismos que intervienen en la frontera
desaparecerá, sino que la inversión para mejorar los alicaídos terrenos que
lindan con los puestos de control, pasará a manos de privados.
El proyecto se manejó entre tres
ministerios: Interior, Seguridad y Defensa. Y si bien todavía no se adjudicó
ninguno, dos de ellos ya están en procesos licitatorios. El primero es el que
une la ciudad correntina de Santo Tomé con Sao Borja, en Brasil; el otro, el de
Paso de los Libres que lleva a Uruguayana.
“La decisión que se tomó es que se
liciten todas las áreas de servicios de los pasos fronterizos. No es posible
que el gobierno nacional se encargue de los pozos, los baches o el asfalto de
una playa de espera en una frontera. Que se encarguen los privados y a cambio
se les dará la concesión de un predio donde podrán poner desde restaurantes a
hoteles. Siempre, con inversión privada”, dijo una fuente oficial con acceso a
la Casa Rosada.
Como se dijo, el proceso ya empezó
con el que tiene una particularidad. Se trata del de Santo Tomé, que se licitó
en conjunto con Brasil. Se abrió una licitación y se debería haber abierto el 7
de enero. Pero, la Comisión Mixta Argentina Brasileña (Comab), que maneja el
puente paso, recibió una medida cautelar en Brasil y todo se trabó. Una reunión
de la Comisión dio cuenta de ese imprevisto judicial y todo quedó a resultas de
lo que suceda en los tribunales brasileños. En ese paso, del lado argentino
operan la Gendarmería Nacional Argentina, Migraciones, la Aduana (ARCA ) y el
Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
De acuerdo a datos oficiales, por
ese paso internacional cruzan 148.000 vehículos livianos argentinos y 102.000
de Brasil. En camiones, hay un volumen de 90.000 camiones, entre argentinos y
brasileños. El proyecto se licitó con un plazo de 25 años a cambio de una
inversión cercana los 20 millones de dólares y un canon a valor presente mínimo
US$40 millones, que se dividiría en partes iguales entre los dos países.
En Paso de los Libres, Corrientes,
también ya empezó la licitación para hacerse cargo del área de servicios. En
este caso, a diferencia de Santo Tomé, no hay puente binacional ni comisión.
“Es un proyecto totalmente argentino”, dijo otra fuente que intervino en el
proceso de llamado a iniciativas privadas que cierra en una semana.
Se trata del primer paso fronterizo
en importancia del interior del país, y la segunda aduana en importancia de
Argentina. Con un superficie de más de 900.000 metros cuadrados, y un
estacionamiento con capacidad para 900 camiones, por el lugar pasan 1,5
millones de vehículos por año, de los cuales 159.960 son camiones, 4880 son
ómnibus de pasajeros, y el resto, livianos.
La idea del Gobierno es que el
privado que se lleve el proyecto tenga a su cargo la inversión, operación y
mantenimiento por 25 años, contados desde mediados de año, cuando consideran
que podrían estar terminados los trámites y las regulaciones para la entrega
del predio.
Hay dos más que están en carpeta
inmediata pero que aún no se iniciaron los procesos de iniciativa privada. Se
trata de Iguazú - Foz de Iguazú y el de Uspallata, que comunica la Argentina
con Chile.
El llamado Complejo Cristo Redentor
tuvo un flujo, entre ingresos y salidas, de 284.664 vehículos pesados desde
enero hasta noviembre de 2024, lo que representó una suba de 11% respecto del
mismo período de 2023. El plazo de concesión serían entre 20 y 25 años, y aún
no se decidió cuándo avanzar.
Iguazú tiene algunas
particularidades. En principio, es más turístico que de cargas, y además, tiene
presencia de varios organismos del Estado. Por caso, además de la Aduana,
Migraciones y Gendarmería, opera Senasa y la dirección de Sanidad en Fronteras.
En 2024 ingresaron 102.300
vehículos particulares, 14.723 transportes de pasajeros y 2.581 de cargas. Por
su parte, salieron 98.235; 15.643 y 4.185 respectivamente. En este lugar no hay
ningún centro de uso común entre los dos países.
Las demoras y los interesados
Una de las cuestiones que los
encargados del proyecto tratan de resolver es el tema de los dominios de las
tierras o la propiedad de las zonas que deberían formar el paquete de para
entregar a los explotadores de la iniciativa privada. Por caso, el de Uspallata
fue donado a la exAFIP mediante una escritura que se firmó el 3 de marzo de
2010. Desde entonces, todas las obras terminadas y las que aún no se terminaron
fueron financiadas por el organismo recaudador. De ahí que, para avanzar en una
entrega un actor privado, habría que hacer varios trámites regulatorios para
que las tierras sean de quién las concede en concesión.
Otros predios, varios, según
confiaron, tienen trámites y requisitos pendientes de finalización en la
Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE).
Las iniciativas despertaron un
enorme interés en varios grupos económicos. Por caso, desde London Supply, los
dueños de algunas terminales aéreas, entre ellas la de El Calafate y la de
Ushuaia, hasta empresarios del mundo de los colectivos de larga distancia u
otros que se agrupan en la cámara de dueños de compañías del transporte de
cargas (Fadeeac), revisaron los llamados. Y varios de ellos presentarán sus
propuestas.
El interés, claro está, tiene que
ver con el potencial. Sucede que hay pocas limitaciones de lo que se puede
instalar en el lugar.
Un memo interno, que consultan los
interesados, dice que se deberá realizar un sector dedicado a la logística que
permita actividades tales como el almacenamiento, fraccionamiento,
clasificación y consolidación de todo tipo de cargas.
Además, se permite área de
servicios como gomería, lavadero de camiones, mecánico y aquellos procesos
vinculados con el “ingreso y el despacho a plaza de la mercadería de
importación y exportación”.
Luego, el capítulo comercial como
“gastronomía, kiosco, hotel, casa de cambio, esparcimiento, plaza saludable,
farmacia, tiendas libres de impuestos”. Y finalmente, la frutilla: se permitirá
la instalación de free shops. Eso sí, no se puede explotar nada vinculado a
juegos de azar.