En plena temporada de verano, miles
de vehículos llegan a la ciudad correntina de Santo Tomé, los viajeros cruzan
el Puente Internacional de la Integración que los dirige a Sao Borja, y desde
allí emprenden viaje a las playas brasileñas. En los últimos 10 días
experimentó un notable incremento en el flujo de turistas y entre el 23 de
diciembre y el 3 de enero, un total de 26.265 personas utilizaron este paso
fronterizo que funciona como una de las principales conexiones entre Argentina
y Brasil.
Según datos oficiales obtenidos
por El Litoral, días previos a Navidad hubo un alto flujo de
turistas, el 23 de diciembre con 3.151 cruces, que disminuyó el 24 de diciembre
a 1.573 cruces. Esto podría explicarse por la tendencia de los viajeros a
evitar cruzar cerca de la Nochebuena para llegar a su destino con antelación.
El 25 de diciembre, se registró el
menor número de cruces del período con 880 turistas, lo que refleja que en esa
fecha los viajes disminuyen drásticamente, probablemente debido a que la
mayoría ya está celebrando en su destino.
El incremento llegó después de
Navidad, el pico máximo de cruces se registró el 28 de diciembre, con 4.028
personas transitando por el puente. Por lo que pasó de 2.812 cruces el 26, a
3.231 registrados el 27 de diciembre . Esto puede asociarse con la reactivación
de los viajes tras las festividades navideñas.
En los primeros días de enero se
puede evidenciar cierta estabilidad, ya que 1.515 viajaron el 1 de enero y
1.505 al día siguiente. Este comportamiento podría deberse a que la mayoría de
los turistas ya había cruzado o está programando para hacerlo en los próximos
días.
Aun así, el promedio diario de
tránsito durante este período fue de más de 2.600 personas, evidenciando la
importancia de este corredor para el turismo binacional. El Puente Santo Tomé –
Sao Borja, es una alternativa menos congestionada a otros pasos
fronterizos.
Mientras tanto, quienes planean
cruzar el puente en los próximos días deberán armarse de paciencia, hidratarse
bien bajo las altas temperaturas y prepararse para lo que promete ser una
temporada récord en turismo.