El ministro de Asuntos Exteriores
de Rusia, Serguéi Lavrov, declaró que las crisis que se desataron en
varios países de Oriente Próximo y del norte de África son mayormente
fruto de las acciones de EE.UU.
"Los dramáticos y trágicos
acontecimientos que hemos presenciado son, en nuestra opinión, en gran medida
el resultado de las acciones irresponsables y destructivas de EE.UU.",
dijo el canciller durante una entrevista con la agencia TASS.
Lavrov afirmó que, en un
esfuerzo por mantener su influencia en la región, Washington "interfirió
activamente en los asuntos internos de los Estados árabes, trazó asertivamente
líneas divisorias artificiales".
En ese contexto, el ministro
sostiene que "las consecuencias de las aventuras de EE.UU. y sus
satélites" se perciben todavía en Irak y Libia, mientras
que, en el conflicto entre Israel y Palestina, EE.UU.
"quería desempeñar el papel de único mediador". Las tensiones ya se
expandieron hasta el Líbano y las aguas del mar Rojo, al mismo tiempo
que la confrontación entre Irán e Israel "ha llegado a una línea
peligrosa".
En ese contexto, precisó que Rusia
siempre trata de ayudar a elaborar maneras de resolución de conflictos en la
región "que convengan, sobre todo, a las partes directamente
implicadas". "Los propios Estados de Oriente Próximo deben desempeñar
un papel principal en el proceso de normalización de la situación",
subrayó.