El presidente Javier Milei anunció
en una extensa cadena nacional de 36 minutos el final de la recesión.
“Hoy puedo decirles que hemos superado la prueba de fuego. Hemos salido
del desierto: la recesión terminó y el país finalmente ha comenzado a crecer. Gracias
por confiar en el Gobierno. Esto no quiere decir que hayamos llegado a puerto.
Pero sí que podemos terminar el año con alivio y de que hemos dejado atrás lo
peor. El futuro será cada vez mejor. Se vienen momentos felices en la Argentina”,
pronosticó el jefe de Estado en un mensaje grabado en el Salón Blanco de la
Casa Rosada, donde estuvo acompañado por todo su Gabinete, para celebrar su
primer año de mandato.
Rodeado por su hermana, la
secretaria general de Presidencia Karina Milei y por el jefe de
Gabinete Guillermo Francos, el mandatario celebró los hitos del primer año de
su gestión: el final de la emisión monetaria, la baja de la inflación y el
control de la calle. Prometió un plan de reformas, la salida del cepo y un
tratado de libre comercio con los Estados Unidos.
Con las hojas de su discurso y
la imagen de un león sobre la mesa, cargó contra los blancos
habituales de sus diatribas: sindicatos, periodistas, empleados públicos y
dirigentes de la oposición -la casta- y agradeció a la ciudadanía por los
esfuerzos. “Gracias por haber sobrellevado los meses duros del comienzo de
nuestra gestión. Quiero agradecer a los argentinos que se vieron asediados por
la casta. Quiero agradecerles a los argentinos de a pie que fueron tratados
como ciudadanos de segunda. El sacrificio que han hecho es conmovedor. No será
en vano”, prometió.
Milei recordó el punto de partida
de su gestión y apuntó contra el ex ministro de Economía y candidato
presidencial del peronismo, Sergio Massa, al que prefirió no mencionar. “Hace
un año, un degenerado fiscal que no voy a nombrar venía de imprimir 13
puntos del PBI sin cuidado de la inflación que iba a generar. Hoy la
inflación es cosa del pasado”, aseguró aunque el alza de precios rondará
cerca del 120 por ciento y, según las estimaciones oficiales, el índice de
noviembre será más alto que el de octubre.
El jefe de Estado evitó el
triunfalismo. “Todo esto no es un canto anticipado de victoria, sino un
reconocimiento de que hemos cumplido el rumbo trazado”, dijo tras señalar que
los medios y la política auguraban una caída rápida de su administración.
El Presidente garantizó que el
año próximo eliminará el cepo, como reclaman inversores y parte de los
opositores dialoguistas y prometió una profunda reforma fiscal. “Planeamos
reducir un 90 por ciento la cantidad de impuestos nacionales y devolverles
a las provincias la autonomía impositiva (...) El año que viene la salida del
cepo será una realidad, para ello estamos trabajando en una solución definitiva
para el problema de los stocks del Banco Central, que puede darse ya sea a
través de un nuevo programa con el FMI o un acuerdo con privados”,
destacó.
También prometió una libre
competencia de monedas, aunque aclaró que los impuestos se seguirán pagando en
pesos.
Nada dijo, en cambio, sobre las
frustradas sesiones extraordinarias cuya convocatoria postergaría hasta, por lo
menos, febrero próximo. “Vamos a continuar nuestro plan de ajuste”, señaló
luego de prometer -otra vez- “motosierra profunda” y una profunda reforma fiscal,
política y de seguridad y hasta un nuevo plan nuclear. Otra vez evocó las
reformas de Carlos Menem y exaltó el trabajo de Federico Sturzenegger, que
según reiteró, Donald Trump quiere replicar en los Estados Unidos.
También celebró las tareas en Seguridad, Economía y Capital Humano.
De cara al año electoral, Milei
definió los comicios legislativos como una bisagra. “La elección será de ideas,
entre los políticos rancios del pasado y nosotros", sostuvo.