Argentina enfrenta un panorama crítico en materia de violencia de género. En 2024, se registró un femicidio cada 30 horas, lo que resultó en el asesinato de 252 mujeres por razones de género, según datos del Observatorio de Femicidios de la Defensoría del Pueblo de la Nación. La situación se ha agravado en 2025, con un femicidio cada 26 horas, de acuerdo con informes de la sociedad civil.
Pese a la gravedad de estas cifras,
el gobierno nacional ha desmantelado programas y políticas públicas destinadas
a prevenir estos crímenes. Además, funcionarios han emitido declaraciones que
niegan la existencia de la violencia de género e incluso han propuesto eliminar
la figura legal del femicidio.
Según datos de la Unidad Fiscal
Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM), el 73% de los femicidios
fueron cometidos por parejas, exparejas o familiares directos, mientras que el
20% ocurrió en contextos no íntimos. Estas cifras reflejan que el hogar sigue
siendo el lugar más peligroso para mujeres y niñas, ya que el 60,2% de los
asesinatos de mujeres ocurren dentro de su entorno familiar, mientras que en el
caso de los varones este porcentaje es solo del 11,8%.
Retroceso en Derechos Sexuales y Reproductivos
La violencia de género no se limita
a los femicidios. Desde diciembre de 2023, el gobierno ha paralizado la compra
de insumos esenciales para garantizar el acceso al aborto seguro, afectando a
varias provincias que reportan faltantes de stock. También se han reducido
drásticamente los métodos anticonceptivos, lo que vulnera el derecho de mujeres
y adolescentes a decidir sobre su maternidad y aumenta el riesgo de infecciones
de transmisión sexual.
Amnistía Internacional ha alertado
sobre el aumento del 275% en las consultas por obstáculos para acceder al
aborto desde el inicio del actual gobierno. La organización también ha
impulsado litigios estratégicos para garantizar el cumplimiento de la Ley de
Interrupción Voluntaria del Embarazo y frenar intentos de retroceso en este
derecho.
Impacto en la Maternidad Adolescente
El desfinanciamiento del Plan de
Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia (Plan ENIA) también
representa un retroceso en la lucha por la equidad de género. Este programa
logró reducir la tasa de fecundidad adolescente en un 49% en los últimos cuatro
años, pero su eliminación pone en riesgo la salud y el futuro de miles de niñas
y adolescentes.
En Argentina, cada hora cinco niñas
y adolescentes menores de 20 años se convierten en madres, lo que profundiza la
desigualdad y la pobreza estructural. La falta de acceso a la Educación Sexual
Integral (ESI) agrava esta problemática, limitando la toma de decisiones
informadas y aumentando la vulnerabilidad de las infancias.
Un Llamado Urgente a la Acción
El 8 de marzo no es solo una fecha
de conmemoración, sino un recordatorio de que aún queda mucho por hacer.
Amnistía Internacional convoca a la movilización nacional para exigir políticas
efectivas que protejan los derechos de las mujeres, niñas y diversidades, y que
garanticen una vida libre de violencia y discriminación.