Javier Milei elevó el conflicto con
el Grupo Clarín a niveles inéditos desde la disputa por la Ley de Medios en la
era de Cristina Kirchner. A través de un extenso posteo en X titulado
"Clarín: la gran estafa argentina", el mandatario criticó con dureza
al conglomerado y lo responsabilizó por prácticas monopólicas y maniobras
financieras en perjuicio de los argentinos. La publicación, fijada en el perfil
del Presidente, también expone su enojo por la cobertura mediática del
escándalo Libra, que lo involucra directamente y sigue ocupando las portadas
nacionales e internacionales.
Uno de los anuncios más resonantes
de Milei en su publicación es su decisión de bloquear la compra de Telefónica
Argentina por parte de Telecom, una operación que sorprendió a la Casa Rosada y
dejó expuesta su falta de control sobre el sector. "No vamos a dejar que
sigan robándole a los argentinos", sentenció el Presidente, justificando
su intervención en la fusión para evitar una concentración del 70% de las
telecomunicaciones en manos de un solo grupo económico.
El giro del mandatario resulta
llamativo, dado que históricamente defendió la idea de que los monopolios no
son perjudiciales, según la escuela austríaca que dice seguir. Sin embargo, en
este nuevo contexto, y ante el creciente malestar generado por la estafa Libra,
Milei decidió confrontar abiertamente al principal grupo de medios del país.
La escalada ya está provocando
tensiones dentro del entorno libertario. Importantes figuras de Clarín, como
Jonatan Viale, Eduardo Feinmann y Franco Mercuriali, quienes mantenían una
relación cordial con el oficialismo, ahora quedan en una posición incómoda. Más
aún, Milei cruzó una línea roja al atacar personalmente a Héctor Magnetto,
acusándolo de haber influido en la devaluación de 2002 durante el gobierno de
Eduardo Duhalde para licuar las deudas del grupo mediático.
La confrontación también impacta en
el círculo más cercano del Presidente. Figuras clave como Santiago Caputo y
Rodrigo Lugones, con vínculos directos con Clarín, quedan en una posición
delicada. Lo mismo ocurre con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y la
diputada Silvana Giudici, quienes hasta ahora se mostraban cercanas al
multimedio. La ofensiva de Milei deja claro que está dispuesto a tensar aún más
la relación con los medios en su cruzada contra quienes considera adversarios
políticos.