Vannes, Francia — El excirujano
Joël Le Scouarnec, de 74 años, enfrenta desde fines de febrero uno de los
juicios más abominables de la historia judicial francesa: está acusado de 299
delitos de violación y agresión sexual, la mayoría contra menores de 15 años,
muchos de ellos bajo anestesia en hospitales públicos. El caso, comparado con
el de "Dr. Jekyll y Mr. Hyde", expone un horror sistemático y un
fracaso institucional que permitió décadas de impunidad.
El monstruo tras el bisturí: Confesiones y diarios del horror
Le Scouarnec, quien ya cumple
condena desde 2020 por abusar de cuatro menores, comparece ante el tribunal
penal de Vannes por un megajuicio que podría durar meses. Durante las
audiencias, el médico admitió con frialdad:
"Soy un pedófilo. Mi actividad
de pederasta y mi profesión coexistían sin conflicto. No tenía
remordimientos".
La clave del caso radica en los diarios
íntimos que el cirujano escribió meticulosamente entre 1989 y 2014, donde
detallaba cada violación, incluidos nombres de víctimas, edades y métodos para
aprovechar su posición médica. Los registros revelan que:
- 256 víctimas eran menores de 15
años, incluido un bebé de 1 año y una niña de 6, su propia nieta.
- Abusaba de pacientes bajo
anestesia o durante controles postoperatorios en al menos 10 hospitales.
- Coleccionaba 30.000 archivos de
pornografía infantil, videos de torturas humanas y zoofilia.
Fallas sistémicas: "Lo protegieron a pesar de las señales"
Aunque Le Scouarnec fue condenado
en **2005** por posesión de material pedófilo (con una leve pena de 4 meses
suspendidos), nunca se le prohibió ejercer. Stéphane Kellenberger, fiscal de
Lorient, admitió que el acusado usó "estrategias de ocultación", pero
organizaciones como La Voix de l’Enfant denuncian un "fracaso
colectivo":
"El Colegio de Médicos y sus
superiores hospitalarios sabían de su condena. ¿Por qué lo dejaron seguir
operando niños?", exigió Frédéric Benoist, abogado de las víctimas.
Una víctima, hoy adulta, estalló en la corte:
"Ellos lo sabían. Quiero que
juzguen a todos los que lo encubrieron".
El doble rostro: "Nunca
sospeché nada", dijo su exesposa
Marie-France, exesposa del acusado,
declaró ante el tribunal que "nunca" detectó señales, pese a vivir
con él hasta 2000:
"Joël está habitado por el
diablo, pero no vi nada. Ni siquiera cuando miraba raro a niños"*.
Sin embargo, en sus diarios, Le
Scouarnec escribió en 1996: "ELLA sabe que soy pedófilo", en aparente
referencia a ella.
El impacto en su familia fue devastador:
- Su hijo mayor reveló que también
fue violado por el abuelo paterno (padre de Le Scouarnec) y cuestionó: "¿Mi
padre también fue abusado? Él lo niega, pero ¿cómo explica su obsesión?".
- "Su perversión fue una bomba
atómica para nosotros", dijo el joven de 42 años, comparando a su padre
con el personaje de Robert Louis Stevenson.
Colección siniestra: Pelucas, muñecas y sadomasoquismo
En allanamientos a su casa en Jonzac,
la policía halló:
- Decenas de muñecas usadas para
simular actos sexuales.
- Pelucas infantiles y
pañales.
- Videos de crueldad animal y
prácticas escatológicas.
Le Scouarnec justificó su doble vida:
"Exploré lo más sórdido. Creí
que era intocable".
El juicio que Francia no olvidará
El tribunal de Vannes espera dictar
sentencia en junio. Le Scouarnec enfrenta cadena perpetua, pero las víctimas
exigen más:
"No es solo él. Es todo un
sistema que nos falló", clamó una sobreviviente.
Mientras, Francia se pregunta:
¿Cuántos monstruos como él siguen ocultos tras batas blancas?