Tras el decreto firmado por el
presidente Javier Milei para convertir al Banco Nación en una Sociedad Anónima,
el gobierno tiene en carpeta una serie de cierres de sucursales y despidos en
la entidad, incluso antes de su privatización.
Según fuentes oficiales, el
objetivo es mejorar la eficiencia del banco y contribuir a la reducción del
déficit fiscal. Aunque los despidos y cierres no están explícitamente
contemplados en el decreto firmado por el presidente antes de su viaje a
Estados Unidos, fuentes gubernamentales adelantaron que ya existen proyecciones
en este sentido. “Los análisis pormenorizados van a estar en manos de las
autoridades del banco”, afirmaron.
Un alto funcionario vinculado al
proceso sostuvo que “el objetivo es eficientizarlo, modernizarlo, y eso
conllevará cierres”. En la actualidad, el Banco Nación cuenta con 780 mil
dependencias y el plan inicial apunta a priorizar el cierre de aquellas
ubicadas en municipios con tasas impositivas más elevadas. “Van a haber recortes,
y tiene que haber una reestructuración de los convenios de trabajo”, expresó
otra fuente oficial. No obstante, se aclaró que el directorio del banco,
encabezado por Daniel Tillard, permanecerá en funciones por el momento.
El argumento de estos cierres no es
nuevo. En octubre pasado, el ministro de Economía, Luis Caputo, había anunciado
que por orden de Milei se cerrarían la mayoría de las sucursales del Banco
Nación en La Pampa —nueve de un total de 14— como respuesta a la suba del
impuesto sobre los ingresos brutos aplicada por el gobernador kirchnerista
Sergio Ziliotto. Aquella decisión desató una fuerte resistencia en la provincia
y en los municipios afectados, situación que podría repetirse si las medidas se
amplían.
Si bien el momento exacto de los
cierres no está definido, en el gobierno no descartan que se implementen antes
de que el proyecto de privatización del Banco Nación llegue al Congreso. Este
proyecto, aunque es el objetivo final del Ejecutivo, aún no tiene una fecha
establecida para su debate legislativo.
Hasta el momento, el oficialismo
convirtió la totalidad de las empresas del Estado en sociedades anónimas, pero
el Congreso solo aprobó la privatización de ocho. Desde entonces, la Secretaría
de Transformación del Estado, liderada por Federico Sturzenegger, y la Agencia
de Transformación de Empresas Públicas, a cargo de Diego Chaher, trabajan en
acondicionar las compañías para hacerlas más atractivas para potenciales
inversores privados. Al igual que Milei, ambos funcionarios sostienen que el Estado
no puede ser eficiente.
En 2024, el Banco Nación redujo su
planta en un 7%, lo que representó la salida de aproximadamente mil empleados.
Ahora, el foco está en el posible cierre de sucursales en algunos de los 50
municipios con las tasas más altas, varios de los cuales presentaron medidas
cautelares y juicios contra la entidad por la carga impositiva. “Si vemos que
los números en esos municipios con tasas muy altas no nos cierran, puede ser
que se tome alguna decisión”, señalaron desde el banco.
En la provincia de Córdoba, por
ejemplo, hay 18 municipios judicializados, y en algunos casos se alcanzaron
acuerdos para reducir las tasas, como ocurrió en la localidad de Jesús María.
En la lista de los municipios con tasas más altas se encuentran varias localidades
de la provincia de Buenos Aires, entre ellas Almirante Brown, Avellaneda,
Berazategui, Berisso, Esteban Echeverría, Ezeiza, Florencio Varela, General
Rodríguez, General San Martín, Hurlingham, Ituzaingó, José C. Paz, La Matanza,
La Plata, Lanús, Lomas de Zamora, Malvinas Argentinas, Merlo, Moreno, Morón,
Quilmes, San Fernando, San Isidro, San Miguel, Tigre, Tres de Febrero y Vicente
López. En el resto del país, figuran ciudades como Rawson, San Fernando del
Valle de Catamarca, Resistencia, Córdoba, Corrientes, Paraná, San Salvador de
Jujuy, Santa Rosa, La Rioja, Mendoza, Posadas, Neuquén, Viedma, Salta, San
Juan, San Luis, Santa Fe, Santiago del Estero, Ushuaia y San Miguel de Tucumán.
Desde el Gobierno remarcaron que
los análisis están en marcha y que no necesariamente se cerrarán las sucursales
de todos estos municipios. Si bien reconocen que el Banco Nación no es
deficitario, sostienen que “perdió el foco de su actividad y el propósito del
plan de negocios”. Algunos funcionarios consideran que el modelo a seguir
podría ser similar al de YPF, aunque no hay definiciones al respecto. “Hay
muchas herramientas para asegurarse de que el control lo siga teniendo el
público”, señalaron.
En las próximas semanas, se
presentarán los balances y reglamentos ante la Inspección General de Justicia,
con la intención de modificarlos. Al mismo tiempo, se evaluará la necesidad de
las distintas oficinas y la cantidad de empleados. Mientras tanto, la
Asociación Bancaria, conducida por el sindicalista Sergio Palazzo, ya anticipó
su oposición a la iniciativa del gobierno y calificó la transformación del
banco como una “estafa”.