SpaceX tuvo éxito este domingo
en hacer una maniobra espectacular: atrapó el propulsor de su megacohete
Starship tras un vuelo de prueba de casi nueve minutos, un logro que puede
ser un paso decisivo para la reutilización de este pesado lanzador.
Antes de que el propulsor
bautizado Super Heavy tocara el suelo cuando regresaba a su
plataforma de lanzamiento, unos brazos mecánicos instalados en la torre,
apodados "los palillos", se cerraron sobre el aparato y lo
inmovilizaron, según un video difundido por la empresa del multimillonario Elon
Musk.
"Amigos, este es un día
para los libros de historia de ingeniería", dijo un portavoz de Space X
durante la transmisión en vivo de la empresa, después de que el propulsor fuera
atrapado y el equipo de control celebrara.
"La torre atrapó el cohete", publicó Musk en X.
El despegue se realizó a las 7:25
locales (9:25 de la Argentina) con un tiempo claro. Mientras el propulsor
regresaba a la plataforma de lanzamiento, la parte superior del Starship debía
caer en el océano Indico una hora después.
La gigantesca nave consiguió poner
en órbita el módulo principal con la ayuda de los 39 motores Raptor de su
primera fase, que en un hito de la ingeniería espacial sin precedentes logró
regresar desde la estratosfera, realizar una desaceleración controlada y
posarse en la misma plataforma de lanzamiento para ser recuperada por los
"chopsticks" (palillos), una grúa que atrapa esa parte de la nave
para volverla a usar.
En junio, ya había logrado por
primera vez un amerizaje sin contratiempos en ese océano en otro vuelo de
prueba.
El objetivo era que las dos partes
del cohete -el más grande y potente del mundo- sean recuperadas y
reutilizadas luego de cada vuelo, con lo que SpaceX busca poder lanzar más
cohetes, más rápido y a menor costo.
La empresa de Musk tiene como
objetivo usar Starship para colonizar Marte y el desempeño de estas
naves es seguido de cerca por la Nasa, que cuenta con este programa para llevar
a sus astronautas a la Luna.
El cohete se compone de la fase
llamada Super Heavy, que mide unos 70 metros, y encima de ésta la nave del
Starship, sumando en conjunto 120 metros.
Un hito que demoró años
"Los ingenieros de SpaceX
pasaron años para preparar el intento de captura", escribió la empresa
antes del lanzamiento.
"Decenas de miles de
horas" se dedicaron a la "instalación de la infraestructura
necesaria para maximizar nuestras oportunidades de éxito", agregaba.
Por su parte, Starship proseguirá
su vuelo hasta amerizar en el océano Índico. La primera vez que logró amerizar
con éxito en el Índico fue durante un vuelo de prueba realizado hace cuatro
meses.
Las imágenes transmitidas en
directo por las cámaras de la nave mostraron una capa de plasma anaranjado a su
regreso del espacio, debido a la fricción con la atmósfera. Las piezas se
habían desprendido por la presión.
Desde entonces, SpaceX ha declarado
que llevó a cabo una "revisión completa del escudo térmico" de la
nave, utilizando baldosas de "nueva generación".
Reclamos de menos burocracia y denuncias de ecologistas
SpaceX está desarrollando la
Starship a toda velocidad, lanzando prototipos sin carga para corregir
rápidamente cualquier problema que surja en situaciones reales de vuelo.
En las últimas semanas, la empresa
se quejó abiertamente de la lentitud del organismo regulador de la aviación
estadounidense (FAA), encargado de autorizar los vuelos.
"Se tarda más en completar el
papeleo necesario para obtener una licencia para lanzar un cohete que en
diseñar y construir el propio hardware", se quejaba la empresa en un
inusual y extenso comunicado de prensa en septiembre.
Musk, que apoya al republicano Donald
Trump en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre en Estados Unidos,
había pedido al jefe de la FAA que renunciara.
SpaceX también lucha contra acusaciones
de contaminación ambiental, especialmente vinculadas al diluvio de agua que se
vierte durante cada lanzamiento de Starship cuando se encienden los motores,
con el fin de atenuar las ondas acústicas y limitar así las vibraciones.
Este sistema se agregó después de
que el primer vuelo de prueba, en abril de 2023, destruyera parte de la plataforma
de lanzamiento bajo la fuerza del despegue, catapultando escombros y una nube
de polvo.
Varias asociaciones ecologistas han
denunciado los daños causados por las operaciones de SpaceX a las especies
animales, ya que la base espacial está instalada justo al lado de una reserva
protegida.