Corrientes, 13 de febrero de 2025 - La provincia de Corrientes enfrenta una de las peores crisis ambientales de los últimos años debido a una serie de incendios forestales que han consumido más de 94.167 hectáreas desde el inicio del año. El mes de febrero ha registrado un pico de actividad, con múltiples focos activos que han puesto en jaque a comunidades rurales y ecosistemas naturales.

Estado actual de los incendios

El 12 de febrero se lograron extinguir siete focos en distintas localidades, incluyendo Itatí, Puente Tala y Empedrado. Sin embargo, en esa misma fecha se mantenían siete focos activos en regiones como Alvear, Santo Tomé y Curuzú Cuatiá. Para el 13 de febrero, la cifra aumentó a ocho focos activos, afectando Tatacuá, Bonpland y San Luis del Palmar.

Los incendios han consumido 94.167 hectáreas, impactando principalmente pastizales (38%), malezales (17%) y bosques nativos (11%). Los departamentos más golpeados son Curuzú Cuatiá (30.446 ha), Mercedes (11.089 ha) y Paso de los Libres (9.960 ha).

Causas y factores agravantes

Las condiciones climáticas han sido un factor determinante en la propagación del fuego. La provincia atraviesa una ola de calor extrema, con temperaturas que superan los 50°C de sensación térmica, agravada por la sequía prolongada generada por el fenómeno de La Niña. Además, las denominadas "tormentas sin lluvia" han contribuido a la expansión de los incendios mediante fuertes vientos sin precipitaciones.

A esto se suma la acción humana. Se han reportado incendios intencionales, como el caso de un hombre detenido en Guaviraví por iniciar un fuego que afectó campos en Mercedes y Bonpland. También se registraron quemas agrícolas mal gestionadas, que, combinadas con las condiciones climáticas adversas, terminaron fuera de control.

Impacto social y ambiental

Las llamas han forzado evacuaciones parciales en diversas localidades y han causado daños a la infraestructura rural, incluyendo postes de electricidad y cercos perimetrales. Ante la crisis, organizaciones locales han lanzado campañas solidarias, como la colecta organizada por el club San Martín de Corrientes, destinada a asistir a los afectados y a los bomberos que combaten el fuego.

En el plano ambiental, la pérdida de bosques nativos y humedales amenaza la biodiversidad de la región. Además, los incendios han generado una alta emisión de CO₂, deteriorando la calidad del aire y contribuyendo al cambio climático.

Respuesta gubernamental y operativos

Las autoridades han implementado diversas estrategias para contener los incendios. Entre las acciones más destacadas se encuentran la construcción de cortafuegos por parte de la Dirección Provincial de Vialidad y el despliegue de brigadistas, bomberos y medios aéreos en las zonas más afectadas.

A nivel político, la diputada Sofía Brambilla propuso declarar la emergencia económica y social, lo que permitiría reasignar fondos al Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF). Además, se ha reforzado la prohibición total de quemas y se han habilitado canales de denuncia, como la app Alerta Corrientes y el número 911.

Pronóstico y desafíos

Para los próximos días, el pronóstico del tiempo presenta una combinación de oportunidades y amenazas. Se ha emitido una alerta amarilla por tormentas, con posibilidad de granizo y actividad eléctrica, lo que podría dificultar las labores de extinción. No obstante, se esperan lluvias moderadas para el 13 de febrero, aunque no serán suficientes para mitigar completamente la emergencia.

Expertos han recomendado estrategias de prevención a largo plazo, como reducir la biomasa seca mediante quemas controladas responsables y fortalecer los sistemas de alerta temprana, una medida sugerida por el CONICET en 2024.

Conclusión

Corrientes enfrenta una emergencia multidimensional, donde se combinan factores climáticos, humanos y políticos. Aunque la respuesta de brigadistas y autoridades ha evitado pérdidas similares a las de 2022, cuando se quemaron 1 millón de hectáreas, la falta de lluvias y las deficiencias en la gestión preventiva exigen acciones urgentes para proteger vidas, economías locales y el equilibrio ecológico de la provincia.