El gobierno de Javier Milei realizó
por decreto polémicas modificaciones a la Ley de Acceso a la Información
Pública, con el fin de impedir que se obtengan datos que ahora se
consideran de carácter privado.
El decreto 780/2024 redefine el
concepto de "información pública", excluyendo explícitamente
cualquier dato de naturaleza privada generado, obtenido o custodiado por
personas humanas o jurídicas privadas que no esté vinculado a un interés público
comprometido, incluso el acceso a documentos que formen parte de deliberaciones
preparatorias o que sean considerados "papeles de trabajo".
Específicamente, la normativa
reglamenta el artículo 1° de la Ley N° 27.275 en lo relacionado con el
principio de “buena fe” y establece: “La violación al principio de buena
fe por parte de todos los actores intervinientes configura el supuesto previsto
en el artículo 10 del Código Civil y Comercial de la Nación” y fija que “el
juez debe ordenar lo necesario para evitar los efectos del ejercicio abusivo o
de la situación jurídica abusiva y, si correspondiere, procurar la reposición
al estado de hecho anterior y fijar una indemnización”.
Una de las modificaciones más
controversiales es la reglamentación del acceso a la información
relacionada con la vida privada de los funcionarios públicos, ya que a partir
de ahora, dicha información solo será posible si el titular de los datos prestó
su consentimiento explícito o si la información está directamente relacionada
con las competencias de los funcionarios en cuestión.
El decreto también introduce nuevas
disposiciones para la gestión de solicitudes de acceso a la información y
establece que la plataforma destinada a la gestión para ingresar a esto deberá
contener un registro detallado de los solicitantes y las respuestas brindadas,
con el objetivo de agilizar y evitar la repetición innecesaria de solicitudes
similares.
En tanto, la Agencia de Acceso a la
Información Pública tendrá en cuenta las solicitudes reiterativas que generen
un uso innecesario de recursos administrativos, considerando estas como un
posible abuso del derecho de acceso a la información pública.
Tras esta decisión del gobierno de
Javier Milei, algunos especialistas en derecho consideran que esto puede
tratarse de un decreto inconstitucional, mientras que otros apuntan que con
esta medida afectan transparencia de la gestión gubernamental.